En el discurso de posesión, el nuevo alcalde de Cali hizo un balance de los problemas que encontró en la ciudad.
Cali tiene una situación financiera precaria. Esta se debe no sólo a unos gastos desbordados, sino también a la caída del recaudo de ingresos tributarios y no tributarios en los últimos años y en especial a una fuerte caída del 12% del predial en la última vigencia, el aumento del gasto y el endeudamiento en 1,2 billones que genera compromisos presupuestales hasta el 2030. De otra parte, Cali ha perdido valor y se sitúa de última entre 22 ciudades colombianas en el 2023 en el Índice de Valoración Predial IVP según el DANE, en cuanto que la valoración de precios fue negativa.
Le sigue las deficiencias y debilidades administrativas de EMCALI, que han generado un deterioro permanente de la empresa en los últimos 4 años. Pasó de un margen Ebitda de 17,3% en 2020 a uno de alrededor del 15% en 2023. La unidad de telecomunicaciones profundizó su deterioro pasando a tener utilidades negativas de más de 170 mil millones en 2022, resultado nunca visto y resultado que le arrebata caja a los otros negocios.
A los dos puntos anteriores se le suma las debilidades administrativas en Metrocali, donde nos entregan una entidad en ley 550 con obligaciones por más de 400 mil millones de pesos, con nuevas demandas por parte de los concesionarios, que podrían poner en riesgo la operación del sistema y la sostenibilidad de este.
El cuarto refiere la crisis financiera a la que sometieron a Corfecali. Esta entidad que en 2019 tenía un superávit de más de 5 mil millones llega con terrible sorpresa, la recibiremos con pérdidas superiores a los 4 mil millones, de acuerdo con la información financiera más reciente, afectando los derechos de artistas, gestores culturales, operadores y proveedores, además de los de todos los caleños.
La negativa de la administración saliente a dejar contratados servicios esenciales para estos primeros meses de 2024. Inaceptables casos son el del Programa de Alimentación Escolar, los comedores comunitarios, los servicios asociados a la protección de víctimas, mujeres en riesgo de feminicidios y población discapacitada. Qué vergüenza.
Esto es arrancar sin recursos, trabajaremos duro para conseguirlos rápido.
De otra parte, la amenaza es casi invisible en la forma habitual. Es una crisis de confianza. Es una crisis que golpea el corazón, el alma y el espíritu de nuestra voluntad.
“Tenemos que recuperarla, pero tenemos poco tiempo. No tenemos margen para discusiones estériles. Debemos que actuar ya. Seré leal, honesto y competente, despertándome todos los días pensando en ustedes y sus familias. Porque ahora es cuando empieza el verdadero trabajo. La tarea que tenemos al frente es muy difícil. Quizás no logremos enderezar el camino tan rápido como quisiéramos, pero lo vamos a lograr”, dijo el nuevo alcalde Eder.