Por: Guillermo Romero
Según un nuevo informe del PMA, es probable que la guerra eleve aún más los precios de los alimentos y del combustible, amenazando sobre todo a los países vulnerables y a las propias operaciones humanitarias del organismo.
El conflicto llega en un momento de necesidades humanitarias sin precedentes. En todo el mundo, 44 millones de personas en 38 países están «al borde de la hambruna».
Ya se han tenido que recortar las raciones para los refugiados y otras comunidades vulnerables en África Oriental y Oriente Medio, incluido Yemen, «donde 16,2 millones de personas sufren inseguridad alimentaria y hay focos de condiciones similares a la hambruna».
Haciéndose eco de estas preocupaciones, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advirtió que los precios internacionales de los alimentos ya habían alcanzado un máximo histórico, antes de que la invasión rusa de Ucrania provocará una conmoción en los mercados internacionales de productos básicos.
Esto se debe principalmente a las condiciones existentes en el mercado, pero también a los elevados precios de la energía, los fertilizantes y todos los demás servicios agrícolas, dijo el jefe de la FAO, Qu Dongyu, en una reunión extraordinaria de ministros de Agricultura del grupo de países ricos del G7.
«La crisis representa un desafío para la seguridad alimentaria de muchos países, y en especial para los países de bajos ingresos que dependen de las importaciones de alimentos y los grupos de población vulnerables», dijo.
Según la FAO, las exportaciones de trigo de Rusia y Ucrania representan cerca del 30% del mercado mundial, mientras que sus exportaciones combinadas de aceite de girasol representan el 55%.
Ambos países son también destacados exportadores de maíz, cebada y aceite de colza, y Rusia es un exportador clave de fertilizantes.
CAMPESINOS COLOMBIANOS PRONOSTICAN ESCASEZ DE ALIMENTOS
La situación preocupa en gran medida a los campesinos, debido a que los productos importados de los países en conflicto suplen un total del 44% de fertilizantes.
El precio añadido fue de 5.000 pesos para un total de 175.000 pesos y según la situación actual, la cifra va en aumento, lo que desde ya provoca lamentos insostenibles, dado que los propios campesinos pronostican escasez.
Cerca del 60% de los campesinos boyacenses han reducido la acción de cultivo debido a los grandes costos generados en los primeros meses del presente año y a la situación se suma el incremento de los precios de los fertilizantes rusos.
Se mantiene la fe de que se importen fertilizantes de otros países para solventar la situación, pese a todo, las circunstancias indican que los campos de Boyacá poco a poco avanza al desabastecimiento de alimentos, según informó Boyacaradio.com