4 de julio de 2025
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Ciencia y tecnología en programas de candidatos no supera el plano de los buenos deseos

Por: Álvaro Zerda Sarmiento
Facultad  de Ciencias Económicas Universidad Nacional de Colombia

A pesar de su reconocida importancia para el destino de las naciones, en Colombia la ciencia y la tecnología (CyT) no son temas que hayan tenido especial atractivo para la clase política, y mucho menos los que puedan mover pasiones dentro de una campaña presidencial. Aun así, al examinar los programas de gobierno de los dos candidatos finales en contienda, se encuentran declaraciones que, con diferentes énfasis, pretenden dar cuenta del tema.

A pesar de su reconocida importancia para el destino de las naciones, en Colombia la ciencia y la tecnología (CyT) no son temas que hayan tenido especial atractivo para la clase política, y mucho menos los que puedan mover pasiones dentro de una campaña presidencial. Aun así, al examinar los programas de gobierno de los dos candidatos finales en contienda, se encuentran declaraciones que, con diferentes énfasis, pretenden dar cuenta del tema.

 

Los dos programas confluyen en la visión que ha predominado en Colombia: considerar CyT como instrumentos para mejorar la competitividad frente a la inserción en los mercados internacionales. Aunque el plan del candidato Gustavo Petro –del Pacto Histórico–  la ubica dentro de un marco más holístico orientado a la potenciación de la vida, ninguno exhibe cifras concretas con respecto al costo presupuestal que tendría su implementación, lo que los deja en el plano de los buenos deseos.

 

El plan del candidato Hernández

 

El enfoque de Rodolfo Hernández –candidato de la Liga de Gobernantes Anticorrupción–  apunta a utilizar CyT para hacer de Colombia “un país eficiente y moderno”, mediante la innovación y la profundización de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), una mayor transparencia en la gestión administrativa del gobierno y “una reforma burocrática profunda”.

 

Sin que lo exprese de manera directa, el programa pareciera adoptar la meta –no lograda por varios gobiernos– de llegar al nivel de inversión del 1 % del PIB, y fija como propósitos estructurar una política pública, que denomina “integral”, para destinar partidas específicas hacia el área.

 

Además, plantea adelantar una reforma educativa que mejore la creatividad para la búsqueda de patentes de invención, y reestructurar las inversiones en las universidades públicas hacia la investigación, en alianza con el sector empresarial.

 

Los recursos destinados para los fines de investigación provendrían de distintas fuentes, sin fijar participaciones: autofinanciación de proyectos mediante utilización de ahorros pensionales personales, créditos contingentes, financiaciones colectivas para pymes y regalías del fondo de CyT e innovación.

 

En el frente de las TIC el candidato Hernández propone:

 

  • democratizar el acceso a internet,
  • acabar con el rezago tecnológico en el sector público,
  • avanzar hacia la tecnología 5G, y
  • optimizar la infraestructura para telefonía.

 

Esto con el objetivo de que en 2025 las actividades TIC representen el 5 % del PIB y el 30 % de las exportaciones totales, metas bastante ambiciosas y difíciles de alcanzar en una economía dominada por el extractivismo.

 

Las tareas concretas formuladas para lograr esos propósitos son menos precisas, con planteamientos como “contribuir al desarrollo de la economía digital para la innovación en todos los ámbitos de la educación, con la ayuda de las TIC”.

 

En aspectos sectoriales el programa plantea que la inversión en CyT tendrá un criterio competitivo para estimular la industria nacional de medicamentos mediante convenios con el sector empresarial, lo que espera permita abaratar el costo de los medicamentos y recuperar la producción de vacunas en el país.

 

En otras ramas, según el programa la tecnología deberá contribuir a la industrialización del campo, para lo cual se seguirán los modelos aplicados en Japón y en Israel, cuyos contextos son bastante diferentes al colombiano. Y en el aparato industrial, promoverá el uso de las tecnologías limpias para cumplir lo pactado en la COP26.

 

El programa del candidato Petro

 

En muchos de los espacios en los que ha intervenido, y en su mismo programa de gobierno –Plan de Tecnología para la Vida 2022-2026–, el candidato Petro ha enfatizado en que impulsará “una sociedad de la información y el conocimiento mediante el uso de las tecnologías para apoyar las comunicaciones y los distintos procesos productivos en el sector público y privado”.

 

En esa dirección, su programa de gobierno plantea que la ciencia jugará un papel central en el tránsito del país hacia una “potencia mundial de la vida” en la que se asegure “la vida digna y la recuperación y la protección de la soberanía alimentaria, y de la megadiversidad, por medio de un cambio en la matriz energética”. Para ello propone fortalecer la investigación, la ciencia y la tecnología y fomentar el desarrollo de programas de formación técnica, tecnológica, profesional y posgradual.

 

Así, el programa expone que “el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) será el instrumento para lograr la articulación, en el nivel local y regional, entre universidades, empresarios, comunidades y entidades públicas, de manera que se estimule el mejoramiento de la productividad, a partir del reconocimiento del contexto y las potencialidades territoriales” mediante la consolidación de los sistemas regionales de innovación.

 

Todo ello es loable, pero que requeriría un replanteamiento conceptual y operativo que permita una real democratización de la CyT en la vía de no caer en los manidos conceptos vacíos que han caracterizado los planes de gobierno durante las últimas tres décadas.

 

La campaña de Petro pone especial énfasis en el dominio tecnológico y presenta un documento por separado, en el cual propone un “plan de tecnología para la vida” inspirado en “el poder transformador de la tecnología” que fija la meta de que en 2026 todos los colombianos puedan acceder a internet por medio de, al menos, una opción de conexión.

 

El programa no se compromete con cifras respecto al monto de los recursos requeridos para avanzar en sus propósitos, y en cambio sí promete que se adelantará “una inversión robusta en ciencia, tecnología e investigación, así como en el sistema educativo, especialmente en la educación universitaria, técnica y tecnológica para el impulso de la innovación y la capacitación de la fuerza laboral, y el aumento de la productividad con base en las necesidades del proceso de industrialización nacional”.

 

La campaña de Petro pone especial énfasis en el dominio tecnológico y presenta un documento por separado, en el cual propone un “plan de tecnología para la vida”, inspirado en “el poder transformador de la tecnología” que fija la meta de que en 2026 todos los colombianos puedan acceder a internet por medio de, al menos, una opción de conexión.

 

En ese sentido, para mejorar la conectividad habrá un plan de expansión de fibra óptica “para llevar internet a los hogares, escuelas y empresas colombianas en cada departamento del país.” El documento plantea que se garantizará un mínimo vital de internet a hogares en condición de vulnerabilidad socioeconómica.

 

Sin que lo exprese de manera directa, el programa de Hernández pareciera adoptar la meta –no lograda por varios gobiernos– de llegar al nivel de inversión del 1 % del PIB, y fija como propósitos estructurar una política pública, que denomina “integral”, para destinar partidas específicas hacia el área.

 

En esa dirección, para lograr una mayor y mejor cobertura, Petro señala en el programa de gobierno que se requiere obtener un satélite y crear una agencia aeroespacial que lo administre. Y para utilizar la red impulsará el uso de softwarelibre y tecnologías emergentes, tales como metaverso, blockchain, conectividad 5G, inteligencia artificial y machine learning, entre otras.

Por lo demás, como se trata no solo de utilizar las tecnologías adquiridas sino de sentar las bases para innovar con las propias, según el plan de gobierno se promoverá la formación y laboratorios digitales en las diferentes regiones del país, para generar conocimiento y aprendizaje basado en la experiencia.

 

Todo lo anterior tendrá su expresión particular en los campos de la salud, el transporte, la industria y la estrategia de transformación productiva, amparada en la articulación de “pactos de productividad entre empresas privadas, sectores de la economía popular, sociedad civil y Estado”.

En síntesis, el énfasis de los dos programas recae sobre el papel que pueda jugar la tecnología en varios aspectos de la sociedad, pero queda pendiente por desarrollar el estatuto específico que tendría en cualquiera de los gobiernos la investigación científica, base de cualquier estrategia de progreso. Quedará para examinarlo en el plan de desarrollo a discutir en el nuevo gobierno.

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