Por: Carolina Ospina Oviedo (IG: Caroospov)
Un nuevo año es un comienzo. Es la mejor oportunidad para empezar de nuevo, pero también para mirar lo que tenemos y dar gracias por todo lo bueno que hay en nuestra vida y que muchas veces no valoramos. En inglés hay una expresión popular, “take for granted”, que significa no apreciar las cosas o personas que tenemos porque pensamos que nunca las vamos a perder.
Y la realidad es que la vida nos puede cambiar en un segundo y podemos perderlo todo o nos toca aprender a vivir de otra forma.
Así suene a frase de cajón, aprendamos a:
- Dar gracias por despertarnos en un nuevo día, hay mucha gente que muere mientras duerme.
- Dar gracias por nuestras familias, nuestros padres, nuestros hijos, etc. Hay mucha gente que vive en profundo dolor porque perdió a algún ser querido.
- Dar gracias por tener salud: En este momento hay gente que está luchando contra alguna enfermedad porque quiere vivir. Quienes hemos sufrido graves enfermedades, en mi caso, cáncer de seno, entendemos la fragilidad de la vida, porque tener salud y estar bien, es un privilegio que muchas veces no apreciamos.
- Dar gracias por poder comer, sentir, ver, percibir olores (cuántas personas no perdieron el olfato cuando se enfermaron de Covid-19).
- Dar gracias por poder caminar, correr o hacer cualquier ejercicio.
- Dar gracias por el trabajo que tenemos. Muchos quisieran trabajar y no pueden hacerlo.
- Dar gracias por la casa en la que vivimos. Cuánta gente quisiera tener un lugar para vivir y no puede.
- Dar gracias por los amigos. A veces no los apreciamos, y hay gente que quisiera tener a alguien con quien hablar porque vive en soledad.
- Dar gracias por los fracasos, las derrotas, los engaños que nos dejan grandes enseñanzas o nos impulsan a cambiar la forma en que vivimos.
- Pero lo más importante, además de agradecer, es creer en Dios porque hay gente que no tiene nada a que aferrarse y en quién confiar cuando llegan los tiempos difíciles. Por eso, son tan comunes las historias de personas que, aparentemente, lo tienen todo, pero viven sumidas en la depresión, en adicciones o terminan quitándose la vida porque no le encuentran sentido a nada.
Ese es el punto: aprender a dar gracias por todo, porque cuando somos agradecidos, es más fácil disfrutar la vida.