4 de julio de 2025
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­­Dos juristas, en serio y en broma

por Claudio Ochoa

Horacio Gómez Aristizábal, nacido en Córdoba (5.000 habitantes), Quindío, en las “goteras” de Armenia, municipio conocido ampliamente por su bambú, tan especial como su ilustre hijo, quien entre muchos honores tiene el de haber sido el primer abogado nocturno de nuestra Universidad La Gran Colombia, centro educativo que en sus inicios favorecía a trabajadores y obreros.

Estamos hablando de los límites entre años cincuenta y sesenta. Desde entonces ha logrado varias marcas, ser uno de los colombianos con más condecoraciones y diplomas, de gobiernos europeos, americanos y asiáticos. Más de quince años conjuez de la Corte Suprema de Justicia y abogado penalista en cientos de renombrados casos. Artífice en el nacimiento de Quindío como Departamento, y en su natal Córdoba con “Casa de la Cultura Horacio Gómez”. Orador por naturaleza. Creador y auspiciador de academias, entre ellas la Hispanoamericana de Ciencias y Letras. Ya hasta perdió la cuenta del número de libros que ha escrito, como que van unos setenta.

Su más reciente obra, que está presentando durante estos días es “Confesiones de un penalista”, volumen segundo. Un tratado, extenso, de todo un poco, vivencias de aquí, saberes de ayer, humor político, humor negro, humor sobre sí mismo, sátira, anécdotas, recuerdos de sus exitosas defensas, ciencia política, muchos escritos que ha dedicado a sus amigos, que son miles. Decenas de temas.

Lecturas para abrir la mente, calmar la pena que desde los extremos políticos tanto daño está causando a Colombia. Es un testimonio de intensa vida, de un jurista que proclama: “la misión del abogado es iluminar y no defraudar, defender el derecho y no el delito”

H.G.A. habla en serio y con acierto. En serio narra que sus antepasados más remotos fueron unos “DON NADIES”. En su juventud fue tratado por su paisano, el brujo Satanás, con una toma para aliviarle el  dolor de espalda, y cuenta la lección que le quedó: “Siempre hay que conversar con uno mismo. ¡Y esto sí que ayuda! Yo creo en la brujería, en los brujos, en la magia. Creo en los rezos, en las cartas, en la mala suerte. Creo en la línea de mi mano, en los bebedizos, en las unturas, creo en los caminos secretos y subterráneos de la premonición y de los sueños”

Su obra contiene valiosas anécdotas sobre Laureano Gómez y chispazos políticos de Gilberto Alzate Avendaño, estadistas como ellos ya no se ven. Variedad de escritos sobre Jorge Eliécer Gaitán. Colombianos que dieron honra a la política y a los debates en el Congreso Nacional. Desafortunadamente el común del Congreso es de mediopelo. Dedica varios textos al hambre, la desnutrición, los abusos con la infancia. Otros a sus paisanos destacados nacionalmente.

En burlas, el doctor Gómez Aristizábal tiene un rosario de contenidos. Le pone humor a su profesión. Definitivamente, dice, “si uno no se mete con el derecho, el derecho se mete con uno”. “Cuénteme su problema, claro que de enredarlo me encargo yo”. “Si un médico te quita los males, el abogado te quita los bienes”. Mucho, mucho espacio al humor, como cuando amonestó a un colega, y le dijo: “lo primero que se necesita para ser un buen penalista es ser un caballero. Se indignó y rugió: ¡NO TOLERO IRRESPETOS Y EXIJO RETIRO SUS PALABRAS! Con mucho gusto las retiro, pero mantengo el concepto… Mejor tener a la mano esta magnífica obra, para satisfacer el gusto…

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