Derek Chauvin, el ex policía de Minneapolis condenado por el asesinato de George Floyd, rompió su silencio para dar el «pésame» a su familia después que el Juez Peter Cahill le condenara a 22 años y seis meses de prisión.
La sentencia es 10 años superior a la media de 12,5 años por asesinato no intencionado en segundo grado, debido a factores agravantes. Cahill dijo que no iba a ser «profundo» en el tribunal y en su lugar señaló un argumento legal de 22 páginas en el que se exponen los fundamentos de la determinación.
«Quiero dar mis condolencias a la familia Floyd, va a haber otra información en el futuro que será de interés y espero que estas cuestiones les den algo de tranquilidad», dijo Chauvin.
El abogado defensor Eric Nelson dijo que, sea cual sea la sentencia que decida Cahill, la mitad creerá que es demasiado indulgente y la otra mitad que es demasiado draconiana o exagerada, ya que el caso se convirtió en el epicentro de una guerra cultural y una división política.
Aparte del propio Chauvin y de Nelson, la única persona que habló en nombre del ex funcionario fue su madre, Carolyn Pawlenty, quien dijo que temía morir antes de que su hijo favorito saliera de la cárcel. «Derek ha reproducido una y otra vez en su cabeza los acontecimientos de aquel día. He visto los estragos que le han causado».
Por parte de la familia de Floyd, su hija, sus dos hermanos y su sobrino pronunciaron declaraciones de impacto sobre las víctimas pidiendo al juez la máxima condena sin posibilidad de libertad condicional, libertad vigilada o tiempo libre por buena conducta.
«Aunque Chauvin será sentenciado hoy y pasará un tiempo en prisión, tendrá el lujo de volver a ver a su familia, de hablar con ellos, probablemente podrá pasar tiempo con ellos cuando sea liberado», dijo el sobrino Brandon Williams.
«El asesinato de George, este juicio y todo lo demás ha sido trágicamente devastador, nuestra familia está rota para siempre y una cosa que no podemos recuperar es George Floyd».
Chauvin fue declarado culpable de asesinato en segundo grado, asesinato en tercer grado y homicidio en segundo grado en abril tras un emotivo y tenso juicio en Minneapolis.
El 25 de mayo del año pasado, Chauvin fue grabado arrodillándose sobre el cuello de Floyd durante casi nueve minutos mientras éste pedía aire y perdía el conocimiento.
La sentencia de Chauvin marca el final de uno de los mayores casos de derechos civiles en una generación.