20 de abril de 2025
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La historia de Robert, propietario y fundador del puesto de frutas Robert Is Here

Fue en noviembre de 1959 cuando Robert Moehling, de 6 años, recibió instrucciones de su padre agricultor de vender pepinos en un esfuerzo por no desperdiciar el producto. Luego sentó a Robert en la esquina de la W192nd y SW 344th street, pero nadie se detuvo.

Su padre pensó que los conductores no podían ver a Robert, así que al día siguiente pintó un aviso con grandes palabras rojas que decían: «Robert está aquí». Robert vendió todo y el resto es historia. Sesenta años después, Robert Is Here no ha cambiado de ubicación, pero ahora es un puesto de frutas y una granja de renombre mundial, que se convirtió en un hito en el sur de la Florida que atrae a locales y turistas de todo el mundo.

«Mi mamá y mi papá se mudaron aquí desde Illinois y comenzaron a cultivar cuando yo tenía tres meses», dice Robert. «Comencé a ayudarlos a vender productos desde que era pequeño, como todos saben». A los nueve años, contrató a un vecino para trabajar mientras estaba en la escuela, y a los catorce años, compró 10 acres de tierra y comenzó a cultivar. Ahora, tiene cuarenta.

No solo construyó un negocio desde cero, sino que también formó una familia. «Cuando cumplí 27 años, una joven entró en la tienda, cuatro semanas después nos comprometimos, y después de cuatro meses nos casamos», recuerda Robert. Su nombre es Heather, y ha estado trabajando en el negocio junto a él desde entonces.

Los niños llegaron y Robert Is Here se convirtió en un negocio dirigido por toda la familia. “Tuvimos cuatro hijos. Tengo un hijo mayor, Brandon. Tengo una hija mayor llamada Victoria, luego vino Robert, mi hijo menor. Tuvimos una cuarto hija; se llama Savannah, como la ciudad de Georgia”, se ríe amablemente.

Como le sucedió a él, los cuatro niños comenzaron a trabajar en el negocio familiar. «Todos los niños tuvieron que empezar a trabajar cuando cumplieron 11 años». Años después, fueron a la universidad y regresaron a casa. “No fui a la universidad, así que los forcé a ir. Fue una experiencia muy buena para ellos, como estar de vacaciones, y luego decidieron regresar a donde pertenecen».

A medida que la familia creció, ya que llegaron los nietos, el negocio también. Moehling tiene alrededor de 60 empleados que forman parte de la familia. Los empleados lo tienen como un mentor lleno de disciplina y amor que construyó con sus propias manos una inspiradora historia de éxito. Es un hombre organizado que entiende de políticas y procedimientos. Para trabajar aquí, todos los solicitantes deben seguir el mismo proceso y, antes de completar una solicitud, deben someterse a una prueba de matemáticas.

Robert es un gran hombre amable que recorre la tienda saludando a los clientes, cuidando y supervisando todas las tareas. Vestido con un short, una camiseta y un delantal, comenzó a señalar y describir todos los productos que tiene en el stand, que en sus propias palabras, «son tantos y tan variados que son difíciles de contar».

«Iré despacio», dice mientras describe las frutas. “Tenemos mangos, papayas, aguacates, pero también hermosos tomates y vegetales. Es solo una mezcla de todo. Tenemos pitaya, guanábana, zapote, tamarindo, guayaba, granadilla, maracuyá y plátanos”, y la lista puede continuar.

La mayoría de las frutas y verduras se cultivan en su granja; otras provienen de importaciones o diferentes partes del país. “Cultivo y vendo. Yo compro y vendo. La gente quiere ver variedad aquí. No puedo tener el mismo producto durante todo el año. Cuando algo está fuera de temporada aquí, lo saco de otro lugar”, menciona Robert.

Aunque Robert Is Here sigue siendo un puesto de frutas, se ha convertido en un destino turístico importante en el sur de Florida; donde un viajero de los Everglades debe detenerse, además de pertenecer al histórico sendero tropical Redland. Un lugar donde toda la familia puede disfrutar, ya que cuentan con una granja de animales, un área de juegos y mesas de picnic.

Si lo visita, Robert lo saludará con una cálida sonrisa y le sugerirá probar una deliciosa fruta tropical de la que nunca ha oído hablar. Antes de partir, no olvide pedir un batido hecho con frutas exóticas de la casa, que nunca podrá probar en ningún otro lugar.

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