4 de julio de 2025
Blogs de Opinión Internacionales

Los hilos invisibles de Irán en Latinoamérica

Por: José Obdulio Espejo Muñoz

Antes de que los revolucionarios chiitas, en cabeza del ayatolá Ruhollad Jomeini en el exilio, derrocaran en 1978 al último rey persa, el shad Mohammad Reza Pahleví, este país del Medio Oriente tenía escasa presencia diplomática en América Latina.

El ascenso al poder de los fundamentalistas musulmanes en Irán, que devino en la fundación de una república islámica bajo la égida de Alá luego de la realización de un referéndum en 1979, supuso un viraje en la visión geoestratégica del país donde se fraguaron las civilizaciones.

Para entenderlo mejor, la revolución iraní significó el reemplazo de una monarquía autoritaria prooccidental por una teocracia republicana, también autoritaria, pero antioccidental. El fundamento de este modelo deviene de la expresión árabe «wilayat faqih» o Tutela de los Juristas Islámicos en español, base de la Revolución Islámica que el gobierno de Teherán anhela irradiar al mundo en su conjunto.

La red latina

Podría afirmarse que la presencia iraní en suelo latinoamericano no ha alcanzado siquiera la adolescencia. De hecho, las relaciones entre la potencia del Medio Oriente y esta parte del continente americano eran casi que inexistentes antes de la Revolución Islámica. El Irán monárquico mantenía exiguos vínculos diplomáticos con algunos Estados de América Latina: con Argentina, desde 1902; con Brasil y Uruguay, desde 1903; con México, desde 1937, y con Venezuela desde 1947.

Esta relación tenía como único vaso comunicante el petróleo, fuente principal de los recursos de Teherán. La Irán del shad Pahleví abrió a mediados de la década del setenta una vía de contacto con la Venezuela de Carlos Andrés Pérez. Tanto así que el monarca iraní visitó Caracas en 1975, en tanto que el mandatario venezolano viajó a Teherán en 1977, pero no más.

Es importante señalar que la Revolución Islámica de 1979, que derrocó la monarquía, no supuso cambios cualitativos iniciales en la relación de Teherán con Centro y Sudamérica. Pero, menos de tres décadas después, estas relaciones se fueron cristalizando en algo más que visitas. Las dos partes dieron más importancia a sus representaciones diplomáticas. Irán abrió embajadas en Bolivia, Colombia, Chile y Nicaragua en 2007; San Vicente y Granadina, en 2008, y Ecuador, en 2009; Bolivia abrió una delegación en Teherán.

Con los años, Irán y algunos países latinoamericanos han venido forjando relaciones novedosas y cada vez más intensas. Desde 2005 se perciben intercambios crecientes de toda naturaleza, especialmente con Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina. Verbigracia, el entonces presidente iraní Mahmud Ahmadineyad viajó tres veces a América Latina desde principios de 2013, para asistir a tres actos protocolares: el funeral de Hugo Chávez, la toma de posesión de Nicolás Maduro y la asunción del reelecto presidente ecuatoriano Rafael Correa. Por otra parte, los cancilleres argentino e iraní firmaron en Etiopía, el 27 de enero de 2013, un compromiso relativo al tratamiento judicial de un atentado terrorista cometido en Buenos Aires en 1994 y atribuido a figuras del poder iraní.

Más allá

La pregunta pertinente sería: realmente ¿qué hay tras bambalinas de estas relaciones entre países distanciados por barreras geográficas, culturales, ideológicas y religiosas? ¿Podría afirmarse que Irán encarna la presencia de agentes de inteligencia hostiles en países como Colombia?

El interés iraní en América Latina, en especial con los países del Alba, no es una prioridad fácil de justificar en términos de geopolítica. Analistas como el profesor argentino Paulo Botta señalan que la existencia de lazos con países latinoamericanos tiene por objetivo señalar a la opinión pública que Irán tiene una presencia global, más en la zona considerada como el “patio trasero” de los Estados Unidos(http://www.cries.org/wp-content/uploads/2020/11/025-botta.pdf).

En consecuencia, los temores que tal presencia iraní en suelo americano despierta en los organismos de seguridad y de inteligencia de Estados Unidos e Israel, por ejemplo, no son para nada infundados. Varios hechos que relataré a continuación podrían dar pistas de la verdad que esconde la diplomacia iraní en nuestros países.

En una entrevista al periódico El Tiempo en abril de 2018, el coronel retirado del ejército de Colombia John Marulanda, experto en seguridad hemisférica, develó un hecho desconocido para muchos: […] en 2010, descubrí en el periódico alemán Der Spiegel que Chávez había acordado con el gobierno de Irán instalar misiles Sahab-3 en la Isla Margarita. Se conocieron entonces los misteriosos vuelos entre Caracas y Teherán organizados por el actual vicepresidente de origen sirio, Tareck El Aissami, que salían sin control ni de aduanas ni de inmigración, llevando carga que nadie conocía. Había especulaciones de que se trataba de uranio. Gente de seguridad en Caracas me confirmó que la presencia iraní y cubana en Venezuela era muy fuerte” (https://www.eltiempo.com/justicia/conflicto-y-narcotrafico/especialista-en-seguridad-continental-habla-del-papel-de-iran-y-hezbola-en-colombia-200854).

Pero hay otras teorías que viene cobrando fuerza. Marulanda, columnista habitual del diario caraqueño El Nacional, señaló en agosto de 2001 que los migrantes afganos que están llegando a América estarían infiltrados por miembros de organizaciones radicales islamitas como Al Qaeda, Isis y Hezbolá. En la columna intitulada La caída de Kabul escribió que a estos grupos no les interesa librar una guerra santa en nuestro continente, sino usufructuar las ganancias del crimen organizado transnacional de los narcóticos y la minería ilegal, pues, a su juicio, el coltán y el oro producen tanto o más dinero que la cocaína(https://www.elnacional.com/opinion/la-caida-de-kabul-y-latinoamerica/).

Ya un año antes, Juan Carlos Buitrago Arias, general retirado de la policía de Colombia y experto en inteligencia, había escrito en su columna en Las 2 Orillas que, por Venezuela, el principal aliado estratégico del régimen de Teherán en Latinoamérica, “[…] salen 400 toneladas de cocaína anual (35 % de comercialización mundial), se exportan 80 toneladas de oro en operaciones de lavado que vinculan a Irán, Turquía y a los colombianos Álex Saab y Álvaro Pulido, y cada día hay al menos entre 2 y 3 vuelos sospechosos (https://www.eltiempo.com/justicia/policia-expulso-del-pais-ciudadano-libanes-vinculado-con-narcotrafico-145546).

Dos episodios ocurridos en Colombia soportan las afirmaciones de Buitrago Arias. Esta el caso del ciudadano libanés Abdala Rada Ramel, miembro de una organización criminal dedicada al narcotráfico, el lavado de activos y el testaferrato ?con conexiones con grupos radicales y bandas del Medio Oriente que utilizan como puente a Venezuela?, quien, tras labores de investigación, fue expulsado del país en octubre de 2007 en un trabajo conjunto de la Policía y de Migración Colombia.

Por otra parte, durante la vigencia de la Zona de Distensión se suspendió la venta de una planta frigorífica y de un matadero por parte de Irán a las autoridades del Caguán, luego de que se descubrió que, entre el personal encargado de instalar la planta cárnica, figuraban asesores militares iraníes. Para la inteligencia del Estado, era evidente la posibilidad de que este frigorífico sirviera de fachada para la entrega de misiles tierra-aire a las otrora Farc-EP.

Otros analistas, como el teniente coronel Luis Alberto Villamarín Pulido, retirado del ejército de Colombia y autor del libro Conexión Al Qaeda, van más allá y señalan a las autoridades iraníes de intentar extrapolar a este baluarte del cristianismo, como en efecto lo es América Latina, las tesis del islamismo radical soportadas en el terrorismo nuclear, en países que, como Colombia, son aliados del gobierno de Washington (https://www.todostuslibros.com/libros/conexion-al-qaeda_978-84-9763-697-1).

Lo único cierto es que la embestida iraní en el continente tiene múltiples aristas: en Venezuela, según el medio online Venezuela Red Informa

( https://venezuelaredinformativa.us/iranies-proponen-a-el-aissami-candidato-presidencial-para-el-2024/), estaríanpromoviendo la candidatura presidencial de Tareck El Aissami para 20024. Desde hace algún tiempo echaron a rodar el canal de televisión Hispan TV, una especie de versión iraní de Rusia Today, plagada de noticias falsas y sesgadas. Y en eventos culturales como la Filbo 2022, promueven libros del talante de Mi tío Soleimani, oda en honor del temido general que comandaba la Fuerza Quds y que murió durante un ataque aéreo estadounidense al vehículo en el que se movilizaba cerca del aeropuerto de Bagdad en enero de 2020.

La presencia de Irán en América Latina no es un tema menor. Los organismos de seguridad del Estado y la prensa deberían voltear sus ojos a esta realidad que, hasta la consolidación de regímenes totalitarios en países como Venezuela, Nicaragua y Bolivia, parecía sacada del manualde teorías conspirativas, pero que, según parece, tiene mucha tela de donde cortar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.