Mientras hoy Colombia sigue siendo noticia por los mercenarios que asesinaron al presidente de Haití, Jovenel Moïse, se conocen nuevos detalles de cómo actuaron estos criminales que hoy afectan la imagen del país.
Según las primeras investigaciones de las autoridades, los principales integrantes de este grupo de 26 colombianos, varios exmilitares, habrían estado planeando el crimen por más de tres meses en Haití, y algunos de ellos, ingresaron en el último mes a ese país desde República Dominicana.
Uno de los dos estadounidenses de origen haitiano, identificado como James Solages, dijo haber participado solamente como traductor del grupo y aseguró que el empleo lo consiguió por internet. Sin embargo, se ha conocido que este hombre tenía entrenamiento militar y fue jefe de seguridad de la embajada de Canadá en Haití.
Los estadounidenses capturados señalaron que creían que la misión del grupo de mercenarios colombianos era arrestar al presidente y no a asesinarlo.
Algunos de los mercenarios colombianos ya han sido identificados. Uno de ellos es Manuel Antonio Grosso Guarín, un exmilitar de 40 años, quien al parecer viajó a República Dominicana el 4 de junio en compañía de otros tres hombres con quienes luego ingresó por tierra a Haiti.
Se sabe que al menos tres de los mercenarios murieron en enfrentamientos con la policía luego de cometer el ataque. Al menos 11 de ellos fueron capturados en la embajada de Taiwan en donde intentaron esconderse. Estos hombres fueron presentados a los medios de comunicación el jueves en la noche. Incluso algunos fueron golpeados y retenidos por la comunidad molesta por lo sucedido. Se sabe que las autoridades siguen en la búsqueda de los mercenarios que alcanzaron a huir.
Hoy la investigación se centra en quién ordenó y pago por el crimen; además, no es tan claro cómo los mercenarios pudieron ingresar a la vivienda del presidente a asesinarlo, pero no tenían un plan de escape y casi todos fueron capturados fácilmente. También se investiga qué papel cumplieron los integrantes de la seguridad del presidente de Haití, es decir, si intentaron proteger su vida o permitieron el ataque.
foto: policía de Haití