Ghislaine Maxwell permanecerá en su celda de la cárcel de Nueva York después de que a la ex socialité británica se le negara la fianza por quinta vez en el Tribunal de Apelaciones del 2º Circuito de Estados Unidos.
La mujer, de 59 años, fue encarcelada el pasado verano tras ser acusada de traficar con niñas menores de edad para que fueran abusadas por su antiguo socio, Jeffrey Epstein, el desprestigiado financiero que se suicidó en prisión mientras esperaba el juicio por presunto tráfico sexual.
Maxwell se ha declarado no culpable de tráfico sexual y otros cargos, pero podría enfrentarse a hasta 80 años de cárcel si es condenada por los presuntos delitos, que habrían tenido lugar entre 1994 y 2004.
El tribunal también denegó su solicitud de audiencia sobre sus condiciones de encarcelamiento, aunque no especificó los motivos de la negación.
Sus abogados han expresado con frecuencia su preocupación por su salud en prisión, y en abril publicaron una foto en la que aparentemente aparecía con la cara amoratada tras la negativa de su cuarta solicitud de libertad bajo fianza.
También se han quejado de que ha sufrido una drástica pérdida de peso, que se le ha caído el pelo y que los guardias penitenciarios de la cárcel de Brooklyn donde está detenida no la dejan dormir al iluminar con linternas su celda por la noche.
Reuters informó el miércoles que había recibido un correo electrónico del abogado de Maxwell, David Markus, en el que decía que ella está «sometida a condiciones más agotadoras que cualquier otra reclusa».
También alegó que los guardias de la cárcel habían decidido «torturar» a Maxwell.
Los fiscales han negado anteriormente acusaciones similares. El equipo legal de Maxwell alega que su presunta mala condición implica un obstáculo en la preparación de su juicio en Manhattan, que se ha retrasado hasta noviembre.