Hablamos con la Dra. Lubby Navarro, miembro de la Junta Escolar del Distrito 7 del Condado de Miami-Dade, quien compartió su historia de vida, su viaje al abandonar Cuba cuando era niña durante el éxodo del Mariel en 1980 y sobre su vida dedicada al servicio público.
La Dra. Lubby Navarro se ha destacado por su liderazgo en el servicio público en los últimos 25 años abogando principalmente por la educación pública, para asegurarse que nuestros hijos tengan un futuro satisfactorio a través del acceso a la educación. Muchos desconocen la historia de Lubby, quien llegó a los Estados Unidos en el éxodo del Mariel, cuando cerca de 125.000 cubanos salieron de la isla en apenas siete meses, entre abril y octubre de 1980.
Miami, en aquel entonces, vio la llegada masiva y repentina de ciudadanos cubanos que huían del régimen de Fidel Castro. Su padre, quien estaba en los Estados Unidos desde el 79, aprovechó la apertura y contrató un barco para recogerla a ella, su hermano y su madre, quienes estaban esperando su llegada en el campamento El Mosquito.
Ella, con tan solo 5 años, tuvo que vivir inclemencias junto a cientos de cubanos que esperaban por sus familias en el campamento. “Estuvimos en El Mosquito, en unas condiciones no muy buenas, con los recursos limitados, durmiendo en una carpa tirados en el piso, pasando malos momentos”, recuerda Lubby.
En el barco que su padre contrató venían 59 personas. “Cuando mi papá llegó al Mariel había personas que no tenían a nadie, y dijeron llévenos a nosotros, sálvenos. El gobierno montaba a la gente, ellos querían sacar a todo el mundo”, comenta. En ese momento el régimen de Castro había anunciado que todos los cubanos que deseaban emigrar a los EE.UU. podrían abordar botes en el Mariel. Era una forma de aliviar la crisis económica de la isla precipitada por la escasez de viviendas y empleos.
Cruzaron el estrecho de la Florida con un clima inclemente en épocas de huracán, era el mes de septiembre. Lubby recuerda que “las olas golpeaban fuertemente la embarcación, las mujeres y los niños pasaron un mal rato, muchas personas estaban enfermas, muchos niños vomitando, incluso estuvimos perdidos en el mar en medio de la nada; es un momento que nunca se te olvida”.
Después de un viaje implacable, finalmente pisaron tierra estadounidense en Key West y fueron llevados a Krome Detention Center donde les procesaron asilo político. Estuvieron una semana allí mientras un familiar los recogía, y después junto a su familia se mudaron a West New York (NJ) donde empezaron una nueva vida. A los nueve años Lubby vuelve con su familia a la Florida, y desde ese momento nunca ha dejado el Estado del Sol.
Experiencias tan significativas como la suya, especialmente a tan corta edad, son las que marcan la vida de las personas y desarrollan el carácter necesario para afrontar la adversidad de una manera positiva, siendo un propulsor para encontrar el propósito de vida, que en el caso de Lubby, ha sido servir a la comunidad y al Distrito Escolar del Condado de Miami-Dade de manera incansable.
Fue una estudiante destacada de las Escuelas Públicas del Condado de Miami-Dade, asistió a la Escuela Primaria South Hialeah, la Escuela Intermedia Miami Springs y la Escuela Secundaria Senior de Miami Springs. Continuó su educación universitaria en la Florida International University, donde se graduó con una licenciatura en Ciencias Políticas.
Sus méritos y logros la llevaron a empezar su carrera en el servicio público desde muy joven, con tan solo 20 años le ofrecieron un trabajo en el Senado y la Cámara de Representantes del estado de la Florida, donde fue asistente administrativa de diferentes miembros del servicio legislativo. “Eso fue en 1995 y desde ese momento no he parado de servir al público”, afirma.
En estos 25 años ha ocupado diferentes cargos de suma importancia, especialmente desde su involucramiento con el Distrito de Escuelas Públicas de Miami-Dade en el año 2002, como asistente administrativa de la Sra. Perla Tabares Hantman, quien fue su mentora y modelo a seguir cuando decidió postularse como miembro de la Junta Escolar.
Ha desempeñado varios cargos en el Distrito Escolar, como por ejemplo en la Oficina de Asuntos Gubernamentales y Política de Uso del Suelo del Distrito Escolar, también como directora de la Oficina de Asuntos Intergubernamentales, Administración de Subvenciones y Participación de la Comunidad. Así cómo en el condado de Miami-Dade como asistente legislativo del presidente de la Junta de Comisionados del Condado, y en el Departamento de Planificación y Zonificación del condado, entre otros. También tiene una amplia experiencia comunitaria y de participación cívica en varias organizaciones.
“Los años de servicio público han sido de mucho sacrificio. He tenido que dedicarle mucho tiempo a desempeñar mi labor para el beneficio de la comunidad, y al mismo tiempo cuidar de mi hija, quien se enfermó de Diabetes Tipo 1. Fue una experiencia difícil que pude balancear con mi trabajo, para traer mi experiencia y aportar a todo al sistema educativo”, afirma Lubby.
En 2015 fue nombrada miembro de la Junta Escolar para ocupar el puesto vacante que representa al Distrito 7. Y luego, en 2016, la Dra. Navarro fue elegida con el 79% de los votos para continuar sirviendo en la Junta Escolar del Condado de Miami-Dade por un período de cuatro años.
Durante su periodo que termina en pocos meses estuvo comprometida especialmente con la comunidad hispana quienes ven en ella a una vocera que habla su idioma y que atiende sus necesidades. Entre sus logros se destaca por ser la primera en todos los Distritos en abrir una Oficina Comunitaria para escuchar a los padres y resolver los problemas respecto a la educación de sus hijos, así como la promotora del referendo para incrementar el salario de los maestros del distrito, y establecer un policía en las escuelas para la protección de los estudiantes y empleados, entre otros logros.
Actualmente, está postulándose para su segundo periodo en la Junta Escolar representando al Distrito 7, en las elecciones que se realizarán el 18 de agosto. “Estoy pidiendo a mi comunidad humildemente que me de el honor de tener su voto para mi reelección”, comenta. Con los cambios ocasionados por la crisis de la pandemia hay muchas mejoras que deben hacerse y los padres y estudiantes necesitan una persona que tenga la experiencia de entender el sistema escolar y que ayude a movilizar los cambios de manera eficiente.
Entre sus propuestas para este periodo, destaca ampliar las oportunidades de elección que tienen los estudiantes en los programas Magnets, asegurarse de que los estudiantes tengan acceso a los servicios de salud mental, y defender una compensación adecuada para los maestros, dándole continuidad al logro obtenido en su primer periodo.
Su valentía para enfrentar los desafíos venideros, así como su experiencia e historia de vida la hacen una heroína local, quien siempre está tratando de brindar el mayor beneficio a los estudiantes y sus padres. Su carrera profesional, plagada de éxitos, es coherente con su resiliencia para afrontar la vida, un camino victorioso que recorrió desde el Mariel hasta su papel de liderazgo en el Distrito Escolar del Condado de Miami-Dade.