Diario de Salud.
por (GRS Prensa)
Científicos de la Universidad Nanjing de China y del Instituto Scripps de Oceanografía de Estados Unidos dieron a conocer que la pandemia de Covid-19 generó 8.4 millones de toneladas extras de desperdicios, una parte significativa de los cuales terminó en el mar y pone en peligro el hábitat del océano.
Un estudio realizado de conjunto muestra que, del total, más de 25.000 toneladas de estos residuos fueron arrojados al mar, entre ellos desechos médicos generados por los hospitales, como mascarillas, guantes y protectores faciales.
Según la investigación, también es parte de esos desperdicios el material de embalaje de las compras realizadas en línea.
Basados en variables como estadísticas de población, la producción de máscaras, los casos de coronavirus, los testeos, las hospitalizaciones y los reportes financieros de compañías líderes de comercio electrónico, los investigadores demostraron que, en agosto de este año, 193 países habían generado unos 8.4 millones de toneladas y de ellas el 87.4 por ciento fue generado por los hospitales.
El continente que más desperdicios produjo fue Asia, con cerca del 46 por ciento, seguido de Europa con 24 por ciento y el continente americano, con el 22.
Esta situación «plantea un problema duradero para el medio ambiente oceánico», según los investigadores, quienes exhortaron a realizar un «mejor manejo de los residuos médicos en los epicentros de la pandemia, especialmente en los países desarrollados».
Se pronostica que para fines del 2021 serán 11 millones de toneladas, de las que 34.000 llegarán al océano y en tres años la mayoría acabará en las playas y zonas costeras.
Especial preocupación le atribuyen los especialistas al océano Ártico, el más impactado por el cambio climático, lo que lo hace más vulnerable a la exposición con los plásticos.
ALTERACIÓN EN SALUD REPRODUCTIVA EN MUJERES
La salud reproductiva en féminas se ha visto alterada como consecuencia del estrés que supone la reciente pandemia de Covid-19, según da a conocer un estudio presentado en la conferencia anual de la Sociedad de Endocrinología británica, que sesiona en Edimburgo, Reino Unido.
Específicamente se demuestra que los trastornos del sueño inciden negativamente en los ciclos menstruales. Además, los cambios en el estilo de vida diario y en los hábitos de alimentación y ejercicio agravaron el estado de equilibrio mental de las mujeres.
Según el estudio, el estrés puede inhibir directamente la liberación de hormonas sexuales, mientras que las alteraciones del sueño se asocian a la infertilidad y el aumento de la grasa del vientre también incide en la disfunción menstrual.
La investigación, realizada en abril de 2021, fue dirigida por la doctora Lisa Owens, de Irlanda, e incluyó a más de 1.300 mujeres. El 56 por ciento de las encuestadas informó de un cambio general en sus ciclos menstruales desde el comienzo de la pandemia, el 64% dio cuenta de un empeoramiento de los síntomas premenstruales y el 54 por ciento experimentó una reducción del deseo sexual.
UN AÑO DE VACUNA
Hace un año, el 9 de noviembre de 2.020, se anunció la primera vacuna Covid con una eficacia del 90% frente a infecciones sintomáticas, (antes de las variantes ?, ?, ? y ?). Hoy, con una 3ª dosis, todavía hay eficacia del 90% frente a riesgo de hospitalizaciones y muertes.