25 de abril de 2025
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Un gran secreto de la vida: “Vivir en equilibrio”

Cartas al pasado. 

Por Diego García MD. CEO de Epystemy

Vivimos al límite y pocas veces nos damos cuenta de eso, nadie puede asegurar con certeza que mañana o en un año estaremos con vida. Escuchamos y creemos que la vida es una, que es muy corta, por eso debemos aprovecharla al máximo; sin embargo, hacemos lo opuesto. Vivimos por cuotas o plazos, posponemos lo que realmente queremos hacer, los sueños quedan relegados, como si tuviéramos un seguro de vida.

Una gran oportunidad de disfrutar nuestra vida, se da cuando logramos un equilibrio entre el presente y el futuro, muchos de nuestros sueños o metas están proyectados a corto, mediano o largo plazo. Si pensamos solo en el futuro, nos olvidamos de vivir el momento presente y surge en nosotros ansiedad. Por el contrario, si solo vivimos el día a día, sin un objetivo o un propósito, nos sentimos estancados. Cuando logramos disfrutar cada día y cumplir con un objetivo que hace parte de un propósito mayor, nuestra vida empieza a fluir.

Encontrar equilibrio en los diferentes aspectos que conforman la vida, hace parte del secreto para un buen vivir. Aunque pueda convertirse en una preocupación lograrlo, debemos estar tranquilos, lo vamos a ir aprendiendo con nuestras propias experiencias.

Una forma de encontrar equilibrio en la vida es ampliar el horizonte, muchas veces, vemos hacia el futuro por medio de unos binoculares, pero la visión es muy limitada, podemos ver un solo punto con claridad, esta visión en túnel, evita que veamos el panorama real y completo. Ver nuestro futuro, se convierte muchas veces en un laberinto, como el de los ratones de laboratorio y nos quedamos sin salidas, nos sentimos asfixiados, estancados, aburridos y desmotivados. Al retirar un poco los ojos de los binoculares del futuro, vamos a ser capaces de ver diferentes caminos para llegar donde queremos. Es el momento de respirar profundo y abrir bien los ojos, mirando de una forma más amplia, más serena y pausada la vida que tenemos.  

En el desequilibrio del diario vivir sufrimos por algo que deseamos, suena paradójico sufrir por algo que queremos. Deberíamos sentir dicha, entonces ¿por qué ocurre eso?, La respuesta es sencilla, pero difícil de asimilar en la vida. Ocurre porque hay sentimientos como; ira, tristeza, soledad, etcétera. Que son la verdadera razón de ese deseo. Al desconocerlos, nunca vamos a lograr satisfacerlos. Se repite la historia que escuchamos de personas que tienen todo lo material, pero son infelices. El equilibrio es tener lo que de forma real y genuina necesito.

Si comparamos nuestra vida con un equilibrista de la cuerda floja, podemos encontrar las siguientes similitudes: vemos que el camina paso a paso sobre la cuerda, uno a la vez, con mucho cuidado, su mirada puesta al frente, en su meta, que para nosotros es como el futuro, evita la prisa, se toma el tiempo justo para hacer lo que debe hacer, es consciente en cuerpo y mente, no piensa en el problema de ayer o en el venidero; la lista de mercado, las deudas. Todo su ser está puesto en el siguiente paso, que lo acerca a su meta. Si mira hacia el lado, puede perder el equilibrio y caer, es como cuando miramos hacia la vida de los demás, perdemos nuestro propio camino por seguir sueños de otros disfrazados en la envidia. Si cae y no hay red, morirá, afortunadamente en nuestras vidas tenemos muchas redes de seguridad, la principal de ellas es la familia, los amigos o la fe, que nos dicen ánimo y de nuevo a caminar por la cuerda, que no es floja, es una cuerda tensa, lo suficiente para ofrecer seguridad en el paso, así es la vida, nos ofrece la resistencia necesaria para dar cada paso, nos da lo que pedimos, sobre todo lo que necesitamos aprender.

El equilibrista usa una vara de madera como contrapeso, esencial para mejorar su equilibrio, nosotros llevamos esa vara en nuestras mentes, cada punta debe pensar igual y dependiendo del momento se inclina hacia un lado o hacia el otro, permitiendo volver al equilibrio y poder seguir avanzando, en nuestra vara mental, a cada lado ponemos los contrapesos que necesitamos para seguir avanzando. El equilibrista está resuelto a avanzar, si tiene dudas puede devolverse un paso, respirar profundo e iniciar de nuevo el camino, hacer un alto en nuestras vidas nos da la oportunidad de tomar mejores decisiones. Nadie tiene el poder de distraerlo, nadie lo domina, es él quien domina la situación, su mente y su cuerpo, somos los equilibristas de nuestras vidas, tenemos el poder, cada uno de nosotros, para lograr lo que realmente queremos.  Cada quien lleva una vara, que en ciertos momentos de nuestro camino puede ser más fácil o difícil de llevar, pero solo cada uno es capaz de equilibrar adecuadamente. Recuerda que la vara que equilibra tu vida está en tus propias manos. (GRS-Prensa).

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